Escultura en el Renacimiento

La escultura en el Renacimiento

La escultura del Renacimiento abandona los muros y columnas para volverse una pieza independiente, como había ocurrido en la Antigüedad clásica.

Al independizarse de la arquitectura, es ejecutada en sus tres dimensiones y aislada en el espacio de modo que podría ser observada desde cualquier punto de vista (bulto redondo). Con la llegada de la escultura exenta, esas paredes y pilares a los que estaban sujetas fueron desapareciendo.

Pero durante el Renacimiento Italiano (1400-1600 aprox.) se vivió una época dorada de la escultura como ya había sucedido en la Antigüedad Clásica (500-27 a. C.) y la Gótica (1150-1300 aprox.); y como ocurriría durante el Barroco (1600-1700).,

No obstante, el arte tridimensional comenzó con la escultura prehistórica. Las primeras obras conocidas de la Edad de Piedra son La Venus de Berejat Ram y La Venus de Tan-Tan.


Del Gótico al Renacimiento

Para hablar de la escultura en el Renacimiento es preciso destacar que durante el Gótico Las fachadas y portales de las catedrales generalmente estaban llenos de relieves escultóricos que representaban escenas bíblicas, así como hileras de esculturas en las que se representaban profetas, apóstoles, antiguos reyes de Judea y otras figuras del evangelio.


De hecho, en el siglo XII, los principales escultores se volvieron muy codiciados por los abades, los arzobispos y otros mecenas seculares, por su contribución única al impacto visual de los edificios religiosos en construcción.

Pero a partir del 1400  Los escultores encontraron en los restos artísticos y en los descubrimientos de yacimientos de esa época pasada la inspiración perfecta para sus obras. Con el Renacimiento se logró interpretar la Naturaleza y traducirla con libertad y con conocimiento en gran multitud de obras maestras.

El festín de Herodes, 1423-1427, Donatello.
Según el nuevo estilo, no hacía falta formar un agradable esquema sino producir la sensación de un repentino caos.

San Jorge, h. 1415- 1416, Donatello
El autor rompió completamente con el pasado gótico. Su san Jorge se mantiene sobre el suelo con firmeza, con los pies clavados en tierra dispuesto a no ceder un palmo y su rostro no tiene nada de la vaga y serena belleza de los santos medievales, sino que es todo energía y concentración.


Características de la escultura

El escultor del Renacimiento tomó como modelo las obras de la antigüedad clásica y su mitología, pero con una nueva visión: la del pensamiento humanista.

  • Como en la escultura griega se buscó la representación naturalista del cuerpo humano desnudo con una técnica perfeccionada, a raíz del estudio meticuloso de la anatomía humana. Proliferan los tratados sobre las proporciones.
  • En Italia convivieron por igual los temas profanos con los religiosos; no así en otros países como España y Alemania, donde prevaleció el tema religioso.
  • Hay un gran interés por las texturas de las superficies, con acabados muy pulidos y tersos y en ocasiones muy expresivo.
  • Los temas son el hombre y la naturaleza con un contenido religioso o profano (histórico, alegórico-mitológico) y se multiplican los retratos de todo tipo.

La escultura italiana del Quattrocento

En el siglo XV mientras en el resto de Europa imperaba todavía el arte gótico, en Italia se comenzaba a transitar lo que luego se denominó  el Quattrocento o Renacimiento temprano. Es el momento en que triunfa el hombre y la naturaleza.
La escultura va por delante de la arquitectura y de la pintura, desarrollándose vertiginosamente, y con el correr de los años se alejó del clasicismo, haciéndose más realista y dramática.

Dentro de este período se ubica el trabajos realizado por Lorenzo Ghiberti en el relieve de bronce dorado sobre el Sacrificio de Isaac en las puertas del Baptisterio de San Giovann;

También se destaca el David, obra del italiano Donatello. Es una escultura de bronce de 158 centímetros de altura realizada por encargo de Cosme de Médici para colocarla en los jardines de su palacio de Florencia.​ Actualmente se encuentra en el museo Bargello.



La escultura italiana del Cinquecento

Una de sus características principales es el gusto por la grandiosidad monumental. Las obras están inspiradas en las esculturas clásicas descubiertas en Roma en medio de una ferviente actividad arqueológica.


Se puede nombrar dentro de este período a Benvenuto Cellini, escultor y orfebre florentino, que dejó para la posteridad la escultura de bronce Perseo y Medusa y a Miguel Ángel quien trabajó en la tumba de Lorenzo de Medici (que le sirvió de inspiración a Auguste Rodín para hacer a su Pensador) y en la de Giulinao de Medici.



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